domingo, 9 de abril de 2017

TODOS ERAN MIS HIJOS

Título: Todos eran mis hijos, 1947
Autor: Arthur Miller (Nueva York, 1915-Roxbury, 2005)
Género: Teatro
Editorial: Losada, 1971

Comentar una obra del dramaturgo neoyorkino, es comentar una obra maestra, ya que en la larga y exitosa trayectoria de Miller como autor, rara vez nos encontramos con  obras menores. Esta no lo es. Todo lo contrario. 

Nos hallamos ante tres argumentos que se entremezclan y que nos conducen a una lectura ansiosa, en la búsqueda de las respuestas a cada uno de ellos.

1. El negocio sin escrúpulos de la empresa armamentística, que obtiene su beneficio de la guerra, de la muerte, de la aniquilación del enemigo; y que no repara ante posibles deformaciones del material que fabrican, aunque éste pueda resultar fatal.

2. La espera por parte de una madre, de un hijo piloto desaparecido en combate durante la II guerra mundial. Para aquélla, ayudada en su esperanza por un astrólogo, mientras no aparezca el cadáver de su hijo,  va  a esperar su regreso sano y salvo.

3. La duda moral sobre el pretendido casamiento de la novia del desaparecido con el hermano de éste, y que la madre de ambos trata de evitar a toda costa.

"Esta obra condensa los asuntos que preocupan a Miller en su carrera como dramaturgo: las conflictivas relaciones entre padres e hijos, la responsabilidad social e individual y la necesidad de vivir según unos principios. Un drama que adquiere una asombrosa actualidad en estos tiempos en los que rige el <sálvese quien pueda> y pocos son los dispuestos a asumir las consecuencias de sus actos."

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