lunes, 12 de febrero de 2018

        ¿PROMESAS, OLVIDOS O MENTIRAS?

         Siempre te querré. No fumaré más. No te olvidaré nunca. Ya no viajo más en avión. No volveré a hablarle. Dejaré de comer dulces. No compraré más en esa tienda. Prometo que es la última vez que lo hago....

         A lo largo de nuestra vida, negamos con rotundidad multitud de cosas que no vamos a volver a hacer, o afirmamos con la misma vehemencia lo que sí haremos siempre. Llueve o ventee, decimos a veces. Sin embargo esas promesas o compromisos que le hacemos a los demás o que nos hacemos a nosotros mismos, no siempre se cumplen. A veces porque no podemos, pero en la mayoría de los casos porque no queremos e incluso en otros porque se nos olvidan. Sea por un motivo u otro, no se cumplen. 

     ¿Vamos después disculpándonos o pidiendo perdón por esos incumplimientos? Decimos acaso, perdóname, pero no eres la misma o el mismo de antes. He vuelto porque he tenido un problema muy grande. Pasé página porque era mejor para mi felicidad. No tuve más remedio que volverlo a hacer..era tan urgente el asunto. Fue imposible esquivarla, me la encontré en la estación de autobuses de Lyon, o Bolonia o Berlín. Lo hice porque era el cumpleaños de una amiga muy especial. Me acerqué porque tenía unas ofertas muy interesantes. Es que  prometemos unas cosas...

           Justificaciones, excusas, pretextos...¿No sería mejor no prometer nada, por si acaso después no se puede o no se quiere cumplir la promesa? ¿Por qué no utilizamos intentaré, pretenderé o procuraré? Probablemente no lo hacemos porque creemos que perdemos credibilidad ante los demás. ¿Quién va a fiarse o fijarse de/en una persona que no habla de lo que va a hacer con rotundidad, pensamos, o peor aun, con dudas? Y si es político, ¿quiénes lo votarán? Tal vez por eso muchos prometen lo que saben no es posible. Es decir, mienten. Viene al caso la promesa que nos hicieron los señores Rajoy y Sánchez tras la reunión que celebraron el 11 de Octubre del año pasado, con motivo de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en la Comunidad de Cataluña. Entonces nos dijeron que en seis meses habría una propuesta de reforma de la Carta Magna. Sí, seis meses dijeron. Ya van cuatro. Sólo nos faltan dos meses para saber si nos prometieron algo para justificar otra cosa, o simplemente nos mintieron. Aunque me temo que sabemos la respuesta que van a darnos si alguien les recuerda el incumplimiento. No ha sido posible porque el otro (nunca yo o ambos) ha faltado a su palabra. Y no pasará nada. Seguiremos esperando con interés la próxima mentira.