lunes, 14 de septiembre de 2015

SE FUE EN SILENCIO

     Estamos acostumbrados a que cuando un proyecto social, cultural, económico o político se extingue, los que formaron parte del mismo se quejen de las zancadillas, trabas u obstáculos que los demás le pusieron para tener ese desenlace. Pocas veces se acude a la autocrítica o al estudio sobre la idoneidad del producto que se ofrecía. ¿Qué grupo o colectivo analiza en qué ha podido fallar o qué errores ha podido cometer para tener un final no deseado? ¿Quiénes estudian lo apropiado o conveniente de la venta de un producto en función del público a que se dirigen? En pocas ocasiones ocurre lo anterior. Aunque hay excepciones. Y a una de ellas me referiré.

     El Partido Andalucista se ha disuelto el pasado sábado. Después de cincuenta años de existencia. De ser el motor del proceso autonómico en Andalucía. De gobernar cientos de ciudades y pueblos. De defender en la calle y en las instituciones los derechos de los andaluces, los de aquí y los de la emigración. De hacer gobernables instituciones en las que era minoría. Después de que los mejores años de la vida de mucha gente se hayan dedicado a trabajar por la ciudadanía andaluza; el Partido Andalucista se ha ido en silencio  y sin responsabilizar de ello a ningún otro partido o grupo empresarial o de comunicación. Se ha ido por una sola razón: Por falta de votos. Trasladado a una empresa o comercio, podríamos denominar por falta de clientes. ¿Las causas? En los análisis internos se ha hablado de errores y de falta de conciencia andalucista de nuestro pueblo. En cuanto a lo primero, evidentemente que los ha habido. Y es probable que muchos. ¿Pero qué partido político no ha cometido errores? En algunos casos algo más que errores, y no por ello la gente ha dejado de votarlos. Por lo tanto no debe ser esta la causa del desapego de los andaluces con el PA. Yo me inclino por lo segundo: La falta de conciencia nacionalista -en este caso andalucista- de nuestro pueblo. Esa conciencia existe -entiendo yo- sólo en la epidermis. Se limita al folclore y a algunos rasgos culturales o religiosos muy específicos. Nunca esa conciencia "nacional" en el sentido de pertenencia a un pueblo diferenciado, ha existido entre los andaluces, y por lo tanto nunca se han dado respuestas a los problemas sociales o económicos de nuestra tierra desde dentro, desde la propia Andalucía; sino que hemos estado a expensas de las decisiones tomadas siempre desde fuera, con la aquiescencia de los "poderes locales".

     En ese contexto, difícilmente un partido regionalista o nacionalista puede asentarse. El PA lo ha intentado. Lo hemos intentado mucha gente durante mucho tiempo. Pero no ha podido ser. Nos vamos como colectivo organizado, pero las personas que hemos militado en el Partido seguimos aquí, en Andalucía, en nuestros pueblos y ciudades. Dispuestos a seguir trabajando por nuestra tierra y nuestra gente.