viernes, 10 de octubre de 2014

          LAS DESIGUALDADES EN ESPAÑA

       Mientras Teresa Romero lucha contra el virus del ébola y 13 personas más permanecen hospitalizadas por precaución ante la posibilidad de contraer la enfermedad, y Artur Mas le da vueltas a cómo celebrar el referéndum prometido a los catalanes, aparecen noticias que aún siendo graves, pasan  desapercibidas. Me refiero a la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y conocida hace unos días. En la misma se observan las enormes desigualdades existentes en nuestro país en cuento a la renta de las personas. En 2013, el presupuesto de gastos medio en España por persona fue de 10.695 euros, pero como en el ejemplo del pollo, y tomando como referencia la Comunidad Autónoma donde residiesen estas personas, unos españoles disponían por encima de 13.000 euros, y otros llegaban a duras penas a 8.000. En el primer caso se sitúan los que viven en País Vasco, Navarra y Cataluña, y en el segundo los que lo hacen en Canarias, Extremadura y Andalucía.
          Lo de siempre, vamos. Pero no por estar ya acostumbrados a esas cifras, debemos permanecer impasibles ante  ellas, sobre todo los que vivimos en la España con menos renta y menos recursos. Hemos no de criticar a los que disponen de más renta, sino a los que hacen posible que andaluces, extremeños y canarios tengan menos. A esos gobiernos centrales que han invertido más y mejor en unos territorios que en otros, incumpliendo sistemáticamente las promesas de trabajar por la igualdad de los españoles. Los que decían que era una situación sobrevenida por culpa de la dictadura, se ha convertido en una situación estructural cuarenta años después de morir el dictador. El caso de Canarias puede tener cierta explicación por su insularidad y situación geográfica, pero en los casos de Extremadura y Andalucía, más parece un castigo divino o una decisión tomada deliberadamente en el corazón del capitalismo más duro. Ahí donde diseñan qué países tienen que desarrollarse y qué otros tienen que ser pobres para  nutrir de mano de obra barata a los primeros. Ese capitalismo inhumano que lleva el sufrimiento a regiones enteras del planeta, y al que los "poderes políticos establecidos", le rinden pleitesía.
             En el caso de Andalucía, tanta culpa tienen los gobiernos centrales que hemos sufrido desde 1977, como los gobiernos andaluces, que se han dedicado más a confrontar o  defender a los centrales según el color político que tuvieran aquellos, olvidándose de hacer los cimientos y la estructura de un edificio (nuestra Comunidad) sólido, moderno, industrializado; con gente formada y con conciencia de que solo el trabajo bien hecho puede llevarnos a un futuro mejor. No se conoce mejor manera de progresar que sabiendo lo que hay que hacer y cómo hacerlo, y que gente  capacitada y honrada se ponga al frente de esas tareas. Pero han sido amigos de, aprovechados, progres de pacotilla, "funcionarios" del partido gobernante los que han copado la mayor parte de los puestos de  responsabilidad en la Administración, relegando a gente cualificada a ejercer un papel secundario. 
               Mientras, los partidos de oposición, da igual del color que sean y cómo se llamen, dedicados a resolver (o a empeorar) sus problemas internos o lanzando eslóganes simples y maniqueos sin ton ni son, carentes de propuestas razonables y razonadas que hagan que la sociedad despierte, y como soberana que es de su futuro, obligue a que unos y otros se preocupen en serio de que nuestra Comunidad progrese, prospere, y alcance al menos, el nivel medio de desarrollo al que debemos aspirar.